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La tendencia de quienes viven en el sur de la ciudad es migrar hacia el Valle de Los Chillos, considerando esta ubicación como la más apetecida por la clase media. Quienes viven en el norte buscan mudarse al Valle de Cumbayá donde hay mayor oferta para clase media-alta y alta. Los precios más bajos del metro cuadrado se dan hacia los extremos norte y sur de la ciudad, dado que el precio de la tierra es aún menor, pero se experimenta carencia de infraestructura y servicios básicos.
Mario afirma que es importante considerar la ordenanza municipal que pretende forzar el desarrollo de la ciudad hacia adentro, en lugar de continuar con su expansión. Esto, dice él, tendrá efectos importantes desde el punto de vista conceptual sobre la posibilidad de empezar a desarrollar proyectos de renovación urbana más intensivos dentro de la ciudad.
Tanto Mutualista Pichincha como Uribe & Schwarzkopf han sido activos participantes en esta línea de reconvertir barrios y reciclar propiedad urbana. La iniciativa parte, no solamente en la posibilidad que abre la ordenanza respectiva, sino del reconocimiento de que se debe brindar mayor cercanía a los lugares de trabajo y a sitios de producción a los habitantes. No hacerlo generaría un problema adicional a la ciudad, entre los tantos que actualmente tiene.
Considerando si la opción de comprar en la ciudad es más cara, Tommy responde que, evidentemente no, porque la oferta se ha comercializado sin problema. Mucha gente prefiere pagar un poco más, o comprar un par de metros menos, por estar más cerca de donde requiere. Esto no solamente implica un ahorro de tiempo, sino que también involucra razones de seguridad.
Una gran mayoría de ciudadanos responde a las encuestas diciendo que preferiría vivir en casa más que en departamento. Sin embargo de esto, Mario comenta que hay una gran porción de gente de clase media que busca quedarse en la ciudad, más por costumbre que por comodidad, lo cual los obliga a vivir en departamento, sacrificando en algo el tamaño de la vivienda. Esta tendencia abarca una porción de la clase media baja y media alta. Una necesidad fundamental de la ciudad es la descentralización de los servicios, creando pequeños centros que puedan autoabastecer las necesidades de la comunidad que habita en ellos.
Sobre el Quito del futuro nos dicen casi al unísono, “alto y más poblado”. Coinciden en que su rol como promotores socialmente responsables es pensar en un modelo de ciudad incluyente, que evite la expansión de la mancha urbana. La expansión propende a generar afectaciones financieras en la población, resultado de las grandes distancias de traslado que deben cubrirse. La consecuencia de esto son mayores gastos en transporte público, en costos de gasolina o, incluso en la compra de vehículos adicionales para la familia. El resultado evidente es una ciudad excluyente, altamente contaminada, con un tráfico insufrible y con problemas de seguridad.
Reflexionan que el tema de mejores precios de la tierra en los extremos de la ciudad fue uno de los factores que ha llevado a la expansión. En su momento, el objetivo fue atender a una franja de menores recursos, sin embargo de lo cual, en el contexto analítico de las consecuencias, esta estrategia no es la adecuada por los problemas que genera a la hora de administrar correctamente la ciudad.